viernes, 16 de octubre de 2015

El ajo



AJO

Ya en la Antigua Grecia, Hipócrates, físico y padre de la medicina, solía recetar ajo para tratar diversas enfermedades. Hoy en día, la ciencia moderna ha corroborado muchos de los beneficios de este “superalimento”.
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Crece en muchas partes del mundo y es un ingrediente popular en la cocina debido a su fuerte olor y delicioso sabor.
Sin embargo, a lo largo de la historia, el ajo se ha usado principalmente por sus propiedades medicinales y beneficiosas para la salud de las cuales hablaremos a continuación.
El ajo es una planta perenne de la familia de las liliáceas que se compone de:
-Flores verdosas o blanquecinas ( a veces inexistentes)
-Bulbo (cabeza de ajo) formado por una envoltura blanca dentro de la cual se encuentran varios bulbillos (dientes de ajo)

PRINCIPALES PROPIEDADES MEDICINALES DEL AJO

El ajo es uno de los mejores antitrombóticos (no formador de coágulos en la sangre) naturales que existen, gracias a su alto contenido en compuestos sulfurosos (aliína y ajoeno) por lo que resulta muy adecuada para fluidificar la circulación sanguínea y evitar o tratar enfermedades circulatorias tales como: arteriosclerosis, hipertensión, colesterol, infarto de miocardio, angina de pecho y las hemorroides.

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El ajo también es un buen diurético debido a su alto contenido en potasio, ácido cafeico, glicólico y flavonoides,  es decir favorece la eliminación de líquidos corporales, siendo muy adecuado su consumo en casos de reumatismos, hidropesía, edemas y para la vejiga.

La alicina, el principio activo estrella del ajo, es uno de los mejores bactericidas naturales para combatir procesos infecciosos del aparato respiratorio ( gripe, bronquitis, faringitis…), digestivo (intoxicaciones alimentarias, diarreas y putrefacciones) y excretor (cistitis, infecciones renales…) incrementando las defensas de nuestro organismo.

Su contenido en quercetina (potente antioxidante) hace que el ajo tenga un papel fundamental como anticanceroso de colon, recto, piel, ovarios, pulmones y vesícula.

El ajo es una importante fuente de vitaminas de las cuales las más abundantes son las vitaminas B6, C y en cantidades menores el ácido fólico.


RECETA CON AJO → SOPA DE AJO

La sopa de ajo es una receta muy tradicional de nuestra cultura gastronómica, sobre todo es un plato muy típico en algunas regiones de nuestro país. La sopa de ajo es muy saludable gracias a los ingredientes que la conforman, además de ser una receta económica y fácil de preparar, como a continuación se muestra paso a paso:

Ingredientes:

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- Una docena de dientes de ajo
- Pan del día anterior, 1/4 de kilo
- Huevos grandes, uno por comensal
- Aceite de oliva virgen
- Varias lonchas de jamón serrano o ibérico
- Caldo de pollo o agua, un litro y medio
- Un poco de pimentón dulce
- Pimienta
- Sal

Preparación:

Para comenzar esta deliciosa receta de sopa de ajo vamos a dejar los ingredientes básicos preparados. Lo primero será coger un buen trozo o barra de pan duro del día anterior y lo trocearemos en rodajas bien finas y pequeñas. Corta las lonchas de jamón en tiras bastante finas, las que nosotros utilizamos son de jamón serrano de una calidad bastante aceptable, tampoco hace falta que utilices un jamón de tipo ibérico o pata negra. Por último pela los dientes de ajo y los cortas en forma de finas láminas.

Ahora calentamos el aceite de oliva en una sartén un poco profunda, es preferible que no sea una sartén demasiado grande. Lo que sí es importante es utilizar una que sea antiadherente, para que no se te peguen los trocitos de ajo al fondo al rehogarlos. Una vez caliente echamos los trocitos de ajo, cuando estén dorados los apartamos.

Añade un poco más de aceite a la sartén y caliéntalo bien, echa las rodajas de pan y fríelas unos minutos hasta que se doren completamente. Hoy en día cada vez son más los que hacen el pan de forma casera en vez de comprarlo en las tiendas o panaderías. Cada tipo de pan se hace a partir de un tipo de harina diferente, para hacer el tradicional pan blanco se utiliza la harina blanca clásica. Una vez dorado el pan añade una cucharadita de pimentón y aparta del fuego la sartén. Vierte el agua a la sartén, agrega el ajo que hemos dorado, las tiras de jamón y pon de nuevo a calentar. Un poco de sal y pimienta y deja unos veinte minutos a fuego medio.

Pasado este tiempo, sube intensidad al fuego hasta que la sopa comience a hervir. Cuando esto ocurra cascamos los huevos y los echamos a la sopa para que se vayan cuajando. Esto no es lo mismo que cocer los huevos para que se pongan duros, que lo hacemos sin romperlos. En este caso se les quita la cáscara para que el huevo quede cuajado y poder comerlo junto a la sopa. En unos cinco minutos aproximadamente estarán cuajados y tendrás tu sopa de ajo lista para tomar.

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